Una de sus principales características es que el Oporto abre el apetito, es ideal para las personas que no tienen mucha hambre. Sirve además como relajante y posee ciertas características nutritivas como son
vitamina B6, proteínas,
carbohidratos, potasio, calcio, magnesio y
fósforo. No hay que
olvidar que el Oporto tiene un alto grado
alcohólico debido a la
interrupción del proceso de fermentación por efecto del agregado de aguardiente, por lo tanto es un gran error
acompañar un menú completo sólo con este vino. Lo único que se logra es alejar a los comensales de su
consumo debido a que se tiende a duplicar la
ingestión de alcohol.
La participación del Vino Oporto en las
comidas debe ser mesurada. Inicialmente lo ideal es escoger
recetas que nos
permitan incorporar el Vino Oporto bien sea al principio, en medio o al final de la comida, pero nunca durante toda la comida.
Tipos de Oporto
Existe una gran variedad de Vinos Oporto entre blancos, ruby y tawny que perfectamente
combinan con recetas apropiadas, de acuerdo a las texturas y sabores predominantes que
contengan.
De manera tal que para un plato delicado
elegiremos un vino
delicado con más edad y matices más complejos para acompañar. En cambio para un plato con sabores y
combinaciones más
contundentes, tenemos que elegir un Oporto más robusto, joven y con sabores primarios
predominantes.
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