Ante un atento auditorio, renombrados chefs internacionales transformaron ingredientes bolivianos en platillos cuidadosamente elaborados en el tercer Tambo Simposio del Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA). El evento finaliza hoy con una exposición y cocina en vivo.
"Es una oportunidad increíble. Estamos aprendiendo mucho de los chefs que han llegado. Hay mucho por hacer aquí en Bolivia”, aseguró Giovani Mercado, chef del restaurante Picolo, de Oruro, quien llegó para esta actividad.
Los expositores invitados son algunos de los chefs más reconocidos del continente. Cada uno ha inscrito su nombre, como jurado o creador, en la lista de los 50 mejores restaurantes de América Latina (Latin America 50 best restaurants). En esta visita a Bolivia, los expertos contaron su experiencia en la cocina, sus inicios y su pasión por la comida.
Fernando Pablo Rivarola, chef del restaurante El Baqueano, de Buenos Aires, realizó una demostración de cocina ayer con la elaboración de un platillo a base de papas. "No todo es carne. En Argentina tenemos mucho más”, aclaró al iniciar su clase ante decenas de cocineros, chefs y aficionados.
Desde niño Rivarola halló su pasión en la creación mediante los alimentos. "Mi padre era pescador y cazador, eso me marcó mucho. Mi familia cazaba por necesidad y por eso también me he especializado en carnes autóctonas de Argentina”, relató el especialista. Para él, lo más importante es la humildad, pues "uno debe recordar de dónde viene para no perderse a sí mismo”.
Pedro Miguel Schiaffino, chef y dueño del restaurante Malabar, de Lima (que ocupa el séptimo puesto en la lista de mejores restaurantes de América Latina), contó que su incursión en la cocina fue por pura casualidad. "Yo quería ser biólogo en un inicio. De suerte empecé a trabajar en un restaurante y me gustó. Jamás esperé llegar a tener éxito, fue más porque amaba cocinar”, explicó.
Para Héctor Solís, chef del restaurante Fiesta, de Lima, el mundo culinario siempre estuvo ligado a su vida. "Yo era muy niño y vivía dentro de una cocina. Mi padre tenía un restaurante y comencé a trabajar con él a mis 12 años como mesero. Después, empecé a estudiar economía, pero mis raíces me devolvieron a la cocina”.
Solís lleva 20 años trabajando en su propio restaurante. Desde allí -cuenta- busca promover la comida tradicional peruana.
Para Camila Seidler, chef en el restaurante boliviano Gustu, la gastronomía tampoco fue la primera opción. "Yo tenía una tienda de diseño de interior y me aburría mucho. Un día vi un anuncio en el periódico que pedía cocineros y me lancé. Vendí todo y comencé mi vida en la cocina a mis 21 años. Lo que inició como un hobbie se hizo mi vida”, contó la joven.
Claus Meyer es chef profesional, dueño de Gustu, el restaurante boliviano que ocupa el puesto 37 a nivel Latinoamérica, y co-fundador de Noma (considerado actualmente el mejor restaurante del mundo). Para él, la pasión fue determinante en su profesión.
"Yo estudiaba en una escuela empresarial, pero tuve un llamado que me dijo lo que debía hacer en mi vida: cambiar la cultura alimenticia en mi país. Desde entonces hago eso que amo”, relató el innovador gastronómico.
Para él, su infancia en Dinamarca fue una "pesadilla culinaria” en comparación con Francia, donde estudió y trabajó después. En su misión de renovar la cocina danesa contó con el apoyo incondicional de su familia. "Mi padre me dijo: ‘no me importa lo que hagas, pero sé bueno y eso se logra amando lo que haces’”, contó Meyer.
Después de dos días de historias y sazones, los chefs invitados por Tambo participarán hoy en la última jornada del evento.
La cocina requiere esfuerzo y mucha pasión
Rodolfo Guzmán, chef del Boragó, Chile
No tuve tiempo de sumergirme en la cultura ni la comida boliviana, pero sí he notado la diversidad que tiene el país. Hay mucho potencial y los bolivianos deben estar orgullosos. Yo llevo varios años dedicándome a la comida y aquí he visto mucho potencial. Muchos están surgiendo a nivel internacional y estos simposios les ayudan. Bolivia es un país maravilloso, lleno de gente hábil que significarán un futuro gastronómico fabuloso.
Claus Meyer, dueño de restaurantes Gustu y Noma
Amar lo que uno hace es lo más importante en la vida. Mi padre me dijo: "no me importa lo que hagas, pero sé bueno, y eso se logra amando lo que haces”. En Francia aprendí a seguir mi corazón y que debo amar lo que hago. La gente nota si tú honestamente quieres hacer algo bueno. Estoy muy feliz de los resultados que tengo y no me cuesta esfuerzo; uso mi experiencia y mi posición para hacer algo que tenga sentido y que aporte a futuro.
Pedro M. Schiaffino, chef de Malabar, Perú
Éste es el tercer año que vengo a La Paz, no llegué a conocer otra región de Bolivia. En este tiempo he visto que este movimiento de impulsión de la comida es muy importante para el país y para su desarrollo económico. En Perú iniciamos este movimiento hace cerca de 10 años y puedo dar fe de lo importante que es impulsar una revolución culinaria. En Bolivia ya está pasando. Tambo es una feria que irá creciendo para promover la comida boliviana.
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