miércoles, 31 de octubre de 2012

Estudios demuestran que comer rápido puede matar a las personas

Piensa por un momento en lo rápido que comes tus alimentos, y responde estas preguntas:

- ¿Terminas tus comidas mucho antes de que tu familia y amigos terminen?

- ¿Pones comida en tu boca antes de que hayas terminado de masticar el bocado anterior?

- ¿Tiendes a terminar rápido de comer para salir corriendo a una cita o un evento?

Si respondiste afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, entonces te estás haciendo un daño tremendo, porque dichos comportamientos aumentan tu riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según una nueva investigación.

Investigadores de Lituania, entre ellos Lina Radzeviciene, MD, PhD, un endocrinólogo y autor principal del estudio, pidieron a los sujetos que llenaran un cuestionario acerca de la rapidez con que comen en comparación con aquellos a su alrededor (las respuestas a elegir eran: más rápido, lo mismo y más lento).

Y lo que descubrieron es que los participantes que dijeron que comían “más rápido” eran 2.5 veces más propensos a tener diabetes tipo 2 que aquellos que dijeron que comían “más lento”. Esto es realmente notable, porque significa que puedes decir saber el riesgo que una persona tiene de desarrollar diabetes tipo 2 solo al ver qué tan rápido come.

DOS RAZONES Hay dos razones posibles y las dos tienen que ver con comer en exceso, lo cual es fácil de hacer cuando se come rápido, ya que tu cuerpo requiere de unos 20 minutos para registrar la plenitud, es decir, para “sentirse lleno”.

Comer en exceso le indica al páncreas que debe de producir más insulina, y una sobreproducción de insulina puede dar lugar a la diabetes tipo 2, dijo el Dr. Radzeviciene. Comer en exceso también te hace más propenso a ser obeso, otro factor de riesgo para diabetes tipo 2.

Por todo lo anterior, se deduce que es mejor comer lentamente, saboreando los alimentos. Hay maneras simples para ayudarte a que te tomes tu tiempo mientras comes. Por ejemplo:

UN APERITIVO En lugar de sumergirte en el plato principal con el estómago vacío, domina tu apetito empezando con un pequeño aperitivo, algo saludable, co-mo rebanadas de apio fresco con mantequilla de maní o una ensalada de espinacas.

Cuanto más te guste una comida, más importante es que controles las porciones, ya que es muy probable que desees más. Toma una porción, ponla en tu plato y luego consúmela lentamente. Después de que la hayas comido, toma la porción siguiente y ponla en el plato.

Come más alimentos naturales y menos alimentos procesados. No tiene este consejo que ver únicamente con el contenido nutricional de los alimentos naturales, sino con el tiempo que tardas en masticar ambos tipos de alimentos.

Los alimentos naturales, reales, enteros, tales como legumbres, carnes y verduras tardan más en masticarse, porque tus dientes tienen que empezar a “procesarlos” a partir de sus estados naturales. Piensa en cuánto tiempo te lleva a comer, por ejemplo, una tira de carne asada acompañada de frijoles en comparación con una crepa rellena de cajeta y mermelada de fresa.

No leas el periódico, veas la televisión, mandes textos con tu celular, o respondas a correos electrónicos mientras comes. Cuando no estás prestando atención a lo que hay en tu plato o en tu boca, es mucho más fácil que engullas tus alimentos sin apreciar su sabor, lo que retrasa la aparición de la sensación de llenado.

Deja los utensilios (cuchillo y tenedor) entre bocado y bocado. A medida que masticas la comida lentamente, siente su sabor y textura. A continuación, respira profundo y cuenta hasta 20. Luego, toma un sorbo de tu bebida. Habla con la persona junto a ti si está comiendo acompañado.

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