viernes, 9 de marzo de 2012

Salsas

En gastronomía se denomina salsa a una mezcla líquida de ingredientes (fríos o calientes). La consistencia, líquida o semi-líquida, de una salsa puede cubrir una muy amplia gama que puede ir desde el puré a la más líquida de un caldo. Algunos autores definen la salsa como un aderezo líquido para los alimentos.

Las salsas suelen ser elaboradas de muchas formas, pero uno de los procesos iniciales es a partir de un extracto de la substancia de uno o varios alimentos en un líquido. Uno de los procesos más estudiados tras la extracción en la cocina es el espesado. Las ´salsas compuestas´ poseen diferentes formas de elaboración que pueden ir desde la simple mezcla de ingredientes como es el caso de las mediterráneas: pesto italiano, la romesco catalana, la skordalia griega.

Otras salsas requieren un grado mayor de elaboración y se preparan en dos o más etapas. El principal objetivo de una salsa es el de servir de acompañamiento. Según la textura, el aroma, el sabor una salsa puede acompañar a un plato tanto crudo como perfectamente cocinado, frío o caliente.

Uno de los objetivos secundarios en la cocina es la de emplear la salsa en la decoración de platos, para ello se emplean sus colores y sus texturas para dibujar estructuras estéticas.

El objetivo de la salsa es

acompañar a otras comidas como un aderezo mejorando el sabor, haciendo un contraste o complementando.

Las salsas no sólo

afectan a las sensaciones del gusto y el olor, pueden ofrecer colores diversos que afectan a la apariencia visual de un plato y a veces otorgan varias sensaciones al mismo tiempo.

En la alta cocina hay cocineros dentro de la

organización culinaria que están especializados en las tareas de elaboración de las diferentes salsas.

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