La cocina tradicional japonesa está dominada por el arroz blanco. Cualquier otro platillo puede ser secundario. Estos se sirven para realzar el sabor del arroz.
Un desayuno japonés tradicional consiste en una sopa de miso (miso shiro, arroz y un vegetal encurtido).
La comida más común, sin embargo, se llama ichiju-sansai (una sopa y tres platillos secundarios) con una técnica de preparación diferente para cada uno.
Los tres platillos secundarios son, normalmente, pescado crudo (sashimi), uno a la parrilla, y uno a fuego lento.
Esta visión de la comida se refleja en la organización de sus recetarios en fritos, al vapor y a la parrilla, y no conforme a ingredientes específicos (por ejemplo, pollo o res) como en los libros de gastronomía occidental.
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