Una papa aporta sólo 139 calorías provistas en su mayoría por hidratos de carbono complejos y proteínas. Podríamos decir que casi no tiene grasas y además, debemos destacar que en una patata encontramos 8 gramos de fibra, no poca cantidad para una sola unidad de la hortaliza. El 80 por ciento de su composición es agua y por supuesto, no posee colesterol.
Podríamos hablar de su índice glucémico elevado determinado por la alta carga de hidratos, pero debemos reconocer que esto puede modificarse, ya que con sólo cocinar al horno las papas y combinarla con una carne, queso u otros vegetales, reduciremos el impacto de sus hidratos en la glucosa de la sangre.
Incluso, si hablamos de densidad calórica una papa o patata tiene 0,7, lo cual indica que tiene más volumen que calorías. Pero si podemos decir que su densidad nutritiva es elevada y no sólo esta dada por sus hidratos, sino por la gran variedad de los micronutrientes que sólo encontramos en una papa mediana.
A pesar de su mala reputación por ser un alimento que se cree hace engordar, quienes la eliminan de la dieta deben considerar que la papa en realidad no engorda, es la forma en la que se consume la que produce exceso de calorías. Sin embargo, si la consumes asada o acompañada de vegetales frescos, no engorda y, además, es una fuente rica de energía.
Comer una papa asada con una pizca de aceite de oliva y sal, es un alimento muy nutritivo y el cual además no engorda.
La papa pertenece a la familia de los tubÉrculos, es de origen andino y existen muchísimas variedades.
Son más de tres mil las variedades descubiertas hasta el momento.
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