La espinaca es un vegetal que ha tenido siempre un lugar privilegiado en la cocina por su alto contenido en hierro.
Quién no se acuerda de los músculos de Popeye después de comerse su bote de espinacas?
Pues bien, a parte de hierro, las espinacas son ricas en nitrato.
Nitrato es una sustancia que los vegetales toman de la tierra.
Cuando lo calentamos, el nitrato se convierte en nitrito, sustancia muy perjudicial para la salud, sobre todo para los bebés, enfermos y ancianos.
Los expertos en alimentación aconsejan no tomar alimentos ricos en nitrato más de una o dos veces por semana.
Lo que si aportan las espinacas es fibra, un poco de proteína vegetal y algo de vitamina C (si cocemos las espinacas, mucha de esta vitamina C desaparece).
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