El ser chef ha dejado de ser un trabajo secundario para convertirse en una profesión de respeto en la que el talento, como en los artistas plásticos o los músicos, hace que los profesionales sobresalgan.
En Santa Cruz hay varias escuelas que se dedican a este tipo de enseñanza, y cada vez más gente (hombres y mujeres) concurren a estas clases, algunas de hasta un par de días de duración, y otros que contemplan varios años, en niveles superiores.
La máxima aspiración de un profesional de la alta cocina es ser considerado un creador culinario, capaz de idear nuevas recetas a partir de ingredientes tradicionales. El ser creativo no solo le permite a un chef obtener reconocimientos internacionales sino también, estar al nivel de un artista.
Esta carrera no se limita a diferenciar clases de cebollas, elegir el vino correcto para cada plato o conocer los nombres de todos los cuchillos. Quien estudia gastronomía se enfrenta a materias como seguridad e higiene alimentaria, costos y presupuestos, protocolo, marketing gastronómico, nutrición o bioquímica.
Es fundamental que quien cocine conozca aspectos tales como valor nutritivo, sensorial, higiénico, toxicidad de algunos alimentos cuando se juntan con otros, reacciones químicas y físicas entre otros temas.
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