Hacer que los niños prefieran comidas más saludables por encima de las chatarra a la hora de la cena puede ser muy difícil para muchos padres. Sin embargo, esto podría cambiar si se hace al niño más partícipe al momento de cocinar, según un estudio realizado en Canadá.
Otro dato. Un estudio anterior publicado en la revista Pediatrics reveló que los niños y adolescentes que comparten la mesa con su familia, regularmente, son un 24% más propensos a alimentarse sanamente, y menos propensos a sufrir trastornos alimenticios, en comparación, con aquellos que nunca comparten la mesa en familia./
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