Con la premisa de rescatar los saberes y sabores de la comida de los abuelos e inculcarlos en las futuras generaciones, alrededor de 22 agrupaciones sociales y educativas de la ciudad y algunas provincias, ofertaron al público asistente una variedad de platos tradicionales preparados en ollas y k’onchas de barro.
Los visitantes degustaron en familia y a precio módico, deliciosos platos como la chanka de conejo, chajchu, habas pejtu, pollo frito y al horno, sopa de maní, jauri uchú, phiri,sajta de papaliza, lawa de jankhaquipa, lambreado de conejo, t’eco, ajó de charque y chuño, illusphichi, locro de zapallo, ají de chuño, phuty de papaliza, empanadas de queso y jigote, fritos de cebolla verde, phata chanka, cusqueño y arveja uchú, que acompañaron con variedades de chicha morada y refrescos naturales de maíz, sésamo, anís y quinua.
“Con este tipo de comida, preparada con productos naturales, nuestros abuelos no sufrían de diabetes, cáncer, tuberculosis u otras enfermedades que hoy han proliferado, porque estamos sirviéndonos comida rápida con una serie de condimentos”, sostuvo Javier Rodríguez Cosio, representante del Comité Organizador.
Con el impulso de Wilfredo Camacho, que desde hace 15 años trabaja en la recuperación de nuestra cultura culinaria, las 22 agrupaciones sociales y señoras expositoras que tienen negocios de comida particulares, explicaron a los visitantes las bondades de comer sano, balanceando proteínas, cereales, fibra y vitaminas.
Muchos visitantes alcanzaron a servirse hasta cuatro platos tradicionales e incluso llevarse algunos para la tarde y la noche, fieles a la tradición cochabambina de servirse alimentos cuatro veces al días; pero esta vez comida sana.
Los organizadores de la Ñawpa Manka Mikhuna Urbana, agradecieron a las familias cochabambinas que almorzaron en la Feria, que a pesar de no recibir ningún respaldo del municipio ni de la Gobernación, va formando parte de los atractivos culturales de la ciudad de Cochabamba.
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