Los aceites vegetales retienen gran parte de su valor nutricional cuando se usan para freír los alimentos, aunque el aceite de oliva puro no es bueno para freír, ya que modifica su sabor al calentarse. El aceite para cocinar no debe ser reutilizado, ya que el constante recalentamiento desencadena una reacción química que puede producir radicales libres.
Es más saludable freír los alimentos en poca cantidad de aceite poliinsaturado (de girasol o de maíz) o de aceite monoinsaturado (de colza, de cacahuete o de oliva refinado) que hacerlo con mantequilla o manteca vegetal. Fría los alimentos a altas temperaturas (180º C) cuando sea posible para “sellar” los alimentos y minimizar la absorción de grasa. Espere a que el aceite esté bien caliente antes de añadir los alimentos. La cantidad de grasa que se consuma depende de la superficie del alimento, los trozos grandes absorben proporcionalmente menos grasa que los pequeños. Use toallas o servilletas de papel para quitar el exceso de grasa.
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