Los consumidores prefieren los alimentos y las bebidas de color rojo, naranja y amarillo, y rechazan los colores sintéticos que no se encuentran de forma natural en el mercado. Así se desprende de una encuesta realizada por el grupo Nielsen entre 5.000 sujetos de diez países. De hecho, la comida de color azul o morado genera cierto rechazo, incluidas las gominolas, los caramelos y las bebidas y licores que son coloreados artificialmente con esta tonalidad. Los blancos y los verdes, sin embargo, sí suelen funcionar bien, algo que tiene muy en cuenta la industria alimentaria a la hora de seleccionar colorantes.
Los expertos sugieren que uno de los motivos del rechazo al azul es que en las comidas naturales pueden ser indicadores de que un alimento, por ejemplo la carne, se encuentra en mal estado, es tóxico o tiene hongos, lo que implica que no nos sentará bien.
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