Se puede imaginar hacer salchichas, patés o pizzas con ingredientes exóticos, pero con carne de caimán, probablemente no se le pase a uno por la mente, a menos que viva en el pantanal de Brasil, que la ofrece como uno de sus atractivos culinarios.
La Cooperativa de Criadores de Caimán de Pantanal cría, mata y procesa los animales desde hace 20 años, y también cuenta con un restaurante instalado en una embarcación en la margen del río Paraguay, en el municipio de Cáceres, fronterizo con Bolivia.
Allí el cliente puede ver cómo se prepara la comida, y se rompe el mito de que la carne es dura y tiene que ser hervida. El restaurante la sirve en 25 platos diferentes, como strogonoff, paté, tajín, mousse, tortitas e incluso pizza de cocodrilo.
Cada mes el matadero de la cooperativa procesa cinco toneladas de carne de caimán.
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