La soya está cada vez más presente en nuestra dieta. Lo que un día fue una rareza en forma de la salsa de soya que descubrimos en los restaurantes chinos, es hoy un alimento que podemos comprar en varias de sus muchas presentaciones. Haremos bien al incorporar soya a nuestra alimentación. De entrada, nuestro cerebro nos lo agradecerá. Las isoflavonas son unas sustancias naturales de origen vegetal que restauran los niveles de producción de células deterioradas en el cerebro a causa de la obesidad. Y es la soya la fuente más abundante de isoflavonas. La obesidad puede causar lesiones en el cerebro al influir en la regeneración neuronal o neurogénesis.
Producción de células. Una investigación española ha demostrado que la administración de isoflavonas restaura los niveles de neurogénesis (nacimiento de neuronas o producción de células del sistema nervioso central) en el hipocampo (área relacionada con la regulación de la memoria, la cognición y el control emocional) que la obesidad había deteriorado
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