jueves, 4 de abril de 2013
El rábano que sí importa
Me importa un rábano". La frase popular puede sonar despectiva con una hortaliza que brinda muchos beneficios. Recientemente se descubrió que fue parte de los compuestos de seis tabletas medicinales encontradas en un naufragio de la era del Imperio Romano, hace más de 2.000 años. Según una investigación, se utilizaba para las infecciones en los ojos. El rábano es una hortaliza -explica Patricia Castillo, miembro del Colegio Departamental de Nutricionistas- de la cual se consume la raíz y también la hoja (como espinaca).
Componentes. Tiene gran cantidad de vitaminas C y E, señala Castillo, al mismo tiempo que agrega que es rico en ácido fólico, calcio, magnesio y fósforo.
Se consume crudo y cuidando de lavarlo bien. "Afortunadamente se dispone del rábano todo el año. Si se quiere evitar el típico sabor 'picante' de esta hortaliza, se debe pelar, ya que es la cáscara la que contiene la mayor parte de la sustancia típica que le da ese sabor", señala. Así también la profesional recomienda a aquellas personas con gastritis o úlceras gastroduodenales evitar comerlo crudo. Sugiere hervirlo y consumirlo con moderación.
Propiedades que le atribuye la FAO. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) indica que el rábano tiene propiedades medicinales como antiséptico, laxante, diurético y expectorante. También se utiliza para desinfectar, cicatrizar heridas, llagas y granos. En enjuagues bucales ayuda a desinfectar las encías y cicatrizar heridas de la boca. Aplicado como fricción en el cuero cabelludo restituye el cabello que se ha caído por alguna infección. Su jugo es recomendado en el tratamiento de las afecciones urinarias como cálculos renales y biliares, puntualiza la organización.
Controla la tiroides. Por su contenido en yodo, es beneficioso para el funcionamiento de la glándula tiroides y, por ende, en la regulación hormonal.
Para la hipertensión. Se recomienda a las personas con hipertensión o con problemas de 'arenilla' en riñones como en vesícula que lo consuman.
Digestivo. Hace trabajar más y mejor a los intestinos, por lo que al ingerir rábano, facilitará la digestión de alimentos, a su vez evitará el estreñimiento.
Colágeno. Interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro y a la resistencia a las infecciones.
Diurético. Las fibras bajas en calorías son ideales para controlar el peso corporal. Ayuda en la eliminación de líquidos y es un excelente diurético.
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