martes, 5 de marzo de 2013

Chocolates con insectos, la última novedad en Francia

Como el turrón en España, el chocolate es uno de los manjares obligatorios en la celebración de las fiestas de fin de año en Francia, pero ahora los consumidores pueden optar por bombones que alían el cacao con grillos y gusanos de harina.

La opción, surgida de la alianza de la empresa francesa productora de insectos alimentarios Micronutris con el repostero Guy Roux, especialista del chocolate sin azúcar, es considerada buena para la salud y positiva para el medio ambiente, según sus promotores.

Los bombones tienen por objetivo esencialmente hacer conocer la marca, al igual que una barra energética que será producida próximamente, y Micronutris cuenta dedicarse a transformar los insectos en materia prima, sin lanzarse a los productos preparados.

Los chocolates alían la suavidad del cacao con la consistencia crocante y un vago gusto de avellana de los insectos deshidratados, pero la barra energética será elaborada con harina de insectos, lo que la hará “aceptable” para la gente que le resulte repugnante el hincarle el diente a un coleóptero.

Instalada en Saint Orens de Gameville, cerca de Toulouse (sur), la firma fue creada hace año y medio en un galpón de zona industrial en el que se crían miles de grillos y de gusanos de harina por Cédric Auriol, empresario interesado por la ecología.

Auriol, que tenía ya una empresa de textiles y embalajes, buscaba una actividad acorde con sus valores. Y la entomofagia, el consumo de insectos por los humanos, es “un mercado con enormes posibilidades de crecimiento”.

Según él, 2.000 millones de personas comen normalmente insectos en África, Asia y Sudamérica. Pero, aunque se pueden encargar larvas a través de internet, ninguna empresa en Europa, salvo la suya, produce de manera industrial insectos destinados a la alimentación asegurando una calidad sanitaria conforme a las normas occidentales y sometida a los controles administrativos, sostiene.

Jérémy Defrize, biólogo y encargado de producción de la firma, estima que la gastronomía francesa y la occidental tendrá que cuestionarse en un futuro próximo.

“En 2050, seremos entre 9.000 y 10.000 millones de humanos en la Tierra, la demanda de proteínas animales va a multiplicarse por dos, pero la superficie de las tierras agrícolas no será doblada”.

Ante tal desafío , la entomofagia puede ser “una solución para que todo el mundo coma suficientemente”, argumenta.

Esos bichos son ricos en proteínas, en vitaminas y en minerales, y pobres en grasas. Además, los criaderos de insectos emiten entre diez y 100 veces menos de gases de efecto invernadero que las ganaderías de carne.

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