Es considerado probablemente como el rey de las grasas sanas. El aceite de oliva debe figurar imperativamente en todos los planes de pérdida o mantenimiento de peso. Es dotado de una multitud de propiedades únicas que favorecen al proceso de adelgazamiento y control de peso. Ha sido demostrado que el aceite de oliva aumenta la tasa de oxidación de las grasas después de su ingesta. Esto significa que cuando uno lo consume aumenta realmente la tasa de combustión de grasas. La inflamación de las arterias altera el metabolismo del azúcar sanguíneo. Este tipo de inflamación favorece el almacenaje de las grasas por lo que hace difícil la pérdida de peso.
El aceite de oliva actúa como un poderoso antioxidante que reduce dicha inflamación. Además, nuestro cuerpo necesita grasas para funcionar correctamente. Muchas de las vitaminas que necesitamos son liposolubles, lo que significa que la única manera para que el organismo las asimile es como cuerpos grasos. El aceite de oliva consiste en una fuente de grasa sana que permite sentir menos hambre y que el cuerpo no tenga privaciones. De esta manera, se puede adelgazar sin perturbar el organismo. Este aceite tiene la particularidad de aumentar de volumen durante la cocción. Por eso, se coloca menos cantidad que otros aceites cuando se cuece un alimento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario