A lo largo de la vida
el ser humano no cesa de consumir alimentos. Desde que nace hasta que muere, entre diez y veinte toneladas de productos alimentarios pasarán por su boca.
• En cada época de la vida existen unos alimentos especialmente idóneos, que deben ser capaces de:
• Satisfacer las necesidades de nutrientes propias de cada periodo.
Por ejemplo:
• En la etapa de crecimiento, se precisan sobre todo alimentos que proporcionen nutrientes plásticos o formadores de la estructura y órganos corporales.
• En la juventud, se necesitan más alimentos energéticos que suministren las calorías necesarias para desarrollar un mayor trabajo físico.
• En la madurez, se precisan más nutrientes reguladores, capaces de normalizar todos los procesos que tienen lugar en el organismo.
• Prevenir las enfermedades y trastornos específicos que suelen presentarse en cada época.
Por ejemplo:
• Las alergias alimentarias en la infancia.
• La anemia en la adolescencia y en el embarazo.
• Los desórdenes alimenticios en la juventud.
• La osteoporosis en la menopausia.
• La obesidad, las enfermedades coronarias, etcétera, a lo largo de la madurez y de la vejez.
¿Cuáles son los componentes de los alimentos?
Se denominan nutrientes y son los componentes de los alimentos aprovechables por nuestro organismo que hacen posible la vida y que se encuentran en ellos repartidos de forma desigual. Desempeñan funciones diferentes en nuestro organismo en función de su naturaleza.
• Nutrientes energéticos (combustible): hidratos de carbono o glúcidos y grasas o lípidos. Liberan energía con la que el organismo logra mantener sus funciones vitales (bombeo de sangre, respiración, regulación y mantenimiento de la temperatura corporal…) y además permite el desarrollo de la actividad.
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