Por su versatilidad y sabor, el tomate es uno de los alimentos estrella en la cocina. Un comodín culinario que puede prepararse de infinidad de formas: crudo, cocido, asado, en zumo o en salsa, por nombrar algunas.
El tomate es de fácil consumo y aporta una importante cantidad de vitaminas y minerales al organismo que contribuyen a reforzar el sistema inmunológico, mejorar la visión, combatir el estreñimiento, prevenir el cáncer y el infarto, además de combatir muchas otras enfermedades.
Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, EEUU, encontró que las personas que consumían este alimento con regularidad tenían la mitad de riesgo de sufrir un infarto que aquellos no lo hacían. El estudio comparó a 1.300 americanos y europeos que habían sufrido un infarto con el mismo número de sujetos que nunca lo habían padecido. La conclusión era clara: la diferencia se encontraba en el consumo de tomate.
La sustancia que es responsable de este resultado es el licopeno, un pigmento que le proporciona su característico color rojo y el tomate es el que mayor proporción tiene de este pigmento. Además proporciona el 90 por ciento del necesario al organismo.
El licopeno posee propiedades antioxidantes y reduce el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer –de próstata, pulmón y tracto digestivo– .
Beneficios
J Elimina toxinas
J Alcaliniza y purifica la sangre
J Combate infecciones
J Ayuda a disolver el ácido úrico
J Regula la función intestinal
J Reduce el riesgo de enfermedades gastrointestinales, como el cáncer de intestino grueso.
J Refuerza el sistema inmunológico
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